¿Cocinar con té? Te lo contamos nosotros

¿Cocinar con té? Te lo contamos nosotros

¿Cocinar con té? Te lo contamos nosotros

La cocina occidental utiliza generalmente vino y especias para sazonar las distintas preparaciones. Por ello, nos resulta difícil pensar en cocinar con té, y preferimos relegar el consumo de esta bebida a una tasa mañanera o muchas veces crepuscular que nos acompañe en nuestra rutina. Sin embargo, hacer uso de esta bebida es una vía interesante para impulsar ciertos sabores o darle un plot twist diferente a tus platos cotidianos, volviendo más suculentas tus recetas. No por nada libros como 121 gramos de felicidad y té resaltan su potencial culinario.

Platos dulces o salados, desde carnes hasta salsas y pasando por pasteles y galletas, todo puede ser cocinado con una tacita de té. ¡Hasta el asado de vidrio queda mejor!


De la tasa a la olla: Saltó lejos el ... esto esto lo que creemos

El té en sus inicios fue tratado como una verdura, en donde cocinaban sopas, o elaboraban dulces a partir de esta hoja utilizandolas casi como un condimento para sazonar las preparaciones.

Ahora bien, cuando pensamos en té y sus orígenes, o en aquellos lugares donde su consumo resulta emblemático, usualmente pensamos en ojos rasgados, en cantos Sutra o en la corona de algunas polémicas reinas y princesas, pero no debemos olvidar que el té no se acaba ahí. De esta forma, este es parte de la cultura de muchos países, como lo es Chile: no debemos olvidar que somos el principal consumidor de té en Latinoamérica. Así pues, como chilenos somos buenos para empinar el codo, pero no solo cuando se trata de bebidas alcohólicas: bebemos té en el día a día y a todo momento. Es que, ¿a quién no le gusta que le inviten un tecito para capear las largas horas de trabajo o de estudio, para bajar la comida o para tener una excusa para conversarle al crush de turno? Pucha que la tenía clara doña Florinda cuando, con la sencilla excusa de una tacita de té, se pololeaba al profesor Girafales como quería.

Por esto, y el hecho de que el té ha tomado popularidad en todo el mundo en los últimos 100 años, diversos chefs pusieron sus ojos en las humildes hojitas de la Camellia Sinensis, nombre científico de la familia del té, para atreverse a experimentar con sus sabores. Así han ido naciendo nuevas recetas gourmet, asociaciones nunca pensadas y formas nuevas de usar este componente.

La maravilla de este ingrediente es que puede resaltar el gusto de los otros componentes en la preparación y agregar nuevas notas aromáticas a los alimentos de forma sencilla, lo cual enamoró a la alta cocina. El sabor del té se vuelve especialmente agradable en la repostería, la cual ya contaba con la inclusión de hierbas tales como la menta o el regaliz, de tal forma que con las nuevas mezclas e influencias de comidas asiáticas nadie queda indiferente. No por nada el helado de matcha o los pasteles de este ingrediente han conquistado el mundo occidental poderosamente. Pero tranquilos, que allí no se agotan las alternativas.

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