Tipos de té y sus propiedades: iguales pero diferentes

Tipos de té y sus propiedades: iguales pero diferentes

Cuando vamos a comprar té especializado, la experiencia puede parecerse mucho a la de ir a una perfumería: son muchas las variedades, los aromas y los colores, al punto que a veces hay que dejarse aconsejar por los especialistas para elegir qué es lo que queremos llevarnos a casa. Sin embargo, pese a toda la variedad que hay en los tipos de té o en sus blends, no deja de ser cierto que todos vienen de la misma plantita: la Camellia Sinensis. Esto significa que, independiente de si se trata de un té azul, negro o verde, todas comparten algunos beneficios fundamentales, mientras que sus diferencias se basan más que nada por los compuestos químicos que predominan en ellos y los procesos de fermentación y oxidación por los que han pasado.

De esta forma, todos los tipos de té comparten el poseer polifenoles, los cuales son sustancias propias del té que actúan en el cuerpo como antioxidantes. Como resultado, combaten el hipertiroidismo y envejecimiento, ayudan al fortalecimiento de los capilares, y además, poseen efectos antiinflamatorios y antibióticos. Ya saben: para una melena despampanante, una tacita de té en la tarde.

Además de esta partícula, el té también posee flavonoides, los cuales ayudan a prevenir afecciones cardiovasculares, disminuyen el riesgo de padecer cáncer y retrasan el envejecimiento. Un tipo particular de flavonoides, los cuales aparecen en buena medida en el té, son las catequinas. Estas son sustancias antioxidantes 100% más eficaces que la vitamina C y 25% más efectivas que la vitamina E. O sea, competencia al botox y al ácido hialurónico hay aquí chiquillas, todo por el módico precio de una tacita de té al día.

Además, también el té posee teanina, un aminoácido que reduce el estrés, razón por la cual beber una taza de té puede resultar tan relajante. Este es un beneficio particular para quienes viven el ajetreado ritmo de las grandes ciudades, como podría considerarse Santiago.


Finalmente, la cafeína erroneamente llamada “teína”. Para aclarar este punto se debe saber que cuando se descubrio la “teína”, los cientificos se dieron cuenta que la molecula de ésta era igual que la cafeína, es por éste motivo que una molecula no puede tener dos nombres, por lo que su nom,bre correcto es Cafeína. Ahora bien, la cafeína en presente en el té y en el café son la misma molecula, pero nuestro cuerpo la absorbe en lugares distintos y la libera de forma diferente: la primera de estas se absorbe en el intestino delgado, mientras la segunda en el estómago y, además, la primera se libera más lentamente que la segunda, especialmente gracias a que también los polifenoles ralentizan su absorción.

En términos prácticos, ello se traduce en que la cafeína en el té proporciona energía de forma más lenta que la cafeína presente en el café, pero de manera más prolongada, mientras la segunda actúa rápida pero brevemente. Esto es ideal para cuando necesitamos ayudarnos a estar más despiertos o concentrados por períodos más largos sin alterar abruptamente nuestro estado interno. Además, la cafeína presente en el té produce menos efectos excitatorios en el sistema nervioso, por lo que es más adecuado para personas con cuadros de ansiedad leves que la cafeína presente en el café, pues aprovecharán sus potenciales energéticos sin andar tiritonas.


Las propiedades no se acaban: el té contribuye al control del peso gracias a sus efectos térmicos en el organismo (ojo y muy importante, si llevas una alimentación equilibrada y realizas deporte, el té es un complemento perfecto. Ante cualquier enfermedad es muy importante consultar a su medico), puede sustituir el consumo de bebidas sintéticas y mejorar la dieta de las personas a través de la disminución en el consumo de azúcar, reduce el riesgo de diabetes, contribuye a la salud del corazón, impacta en la mantención de huesos fuertes, mejora la memoria y otras funciones cognitivas, tiene impactos positivos evitando el envejecimiento del cerebro… ¡Son tantas cosas! No nos extraña que la reina Isabel viviera más de 90 años cuando nos enteramos que consumía al menos una tacita de té al día.

A pesar de las tremendas propiedades que tiene el té, es de suma importancia que consulte a su medico si quiere beberlo para ayudar ha alguna afección. Siempre recordar que estas propiedades se han investigado por años, pero que cada organismo es muy distinto uno del otro. Es por este motivo que nosotros Tinte Gourmet, los invitamos a disfrutar de una taza de té y a compartir con otros, a converstirse en sibarita descubriendo nuevos sabores y viviendo nuevas sensaciones.

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